viernes, 23 de octubre de 2009

LECTURA: LAS DESVENTURAS DEL JOVEN WERDER



Las cuitas del joven Werther", se inicia en el mes de mayo, en toda la plenitud primaveral; la primera carta que Werther envía a su amigo Guillermo está fechada el 4 de mayo 1771, y así en otras que se irán sucediendo, nos vamos enterando de todo lo que acontece al joven héroe, porque Werther es un héroe del sentimiento. Todo comienza al llegar Werther a un pueblo con ánimo de corregirse, abandonando su propensión a la amargura, volcándose en el goce del presente. Parece haber logrado su propósito en contacto con la naturaleza, relacionado con la gente simple del lugar, en una aldea tranquila, entregado a la lectura de Homero. Desde allí escribe a su amigo Guillermo:….

La gente joven había dispuesto un baile en el campo, al que Werther asistiría. Tomó por pareja a una señorita bella y de buen genio, pero de trato indiferente. Al recoger la para ir a la fiesta, ésta, que se hallaba en compañía de su tía, le pidió a Werther que recogieran en el camino a una amiga. Esta se llamaba Carlota, quien impresionó desde un primer momento al joven Werther, quien desde ese primer día se enamora perdida mente de la muchacha. Carlota estaba comprometida con Alberto, joven educado e inteligente que en ese entonces se hallaba en Suiza.

A pesar de saber que la muchacha se halla comprometida, Werther no puede frenar sus sentimientos. Su apasionamiento por Carlota es tal que cuando no puede visitar la, envía a su criado, con el sólo objeto de tener cerca a alguien que la haya visto. Traba amistad con Alberto, y éste le permite seguir visitando a Carlota, las cosas empeoran. Como solución a su tormento, Werther decide alejarse y acepta un cargo de diplomático. Escribe a Carlota relatándole sus sufrimientos en un medio desagradable; el embajador con quien trabaja Werther le resulta completamente insoportable, llegando su tirria por este a tal extremo que renuncia a su cargo. Alberto y Carlota se casan. Incapaz de controlar sus sentimientos, regresa al pueblo para instalarse cerca de su amada. La relación revive haciéndose más

intensa y peligrosa hasta que por fin, después de besar a Carlota en un arranque de pasión, al que ella no ha sido indiferente se acentúa en él un sentimiento de culpa y un desequilibrio interior. La resolución de abandonar este mundo había ido rebostuciéndose y afirmándose en el ánimo de Werther había considerado la muerte como el termino de sus males y como un recurso extremo del que siempre podía disponer. Alberto enterado de la pasión que se ha despertado en Werther por su mujer, no puede ocultar su fastidio, tratándolo la mayoría de las veces fríamente. Lo inevitable se va acercando. Werther tiene una última entrevista con Carlota. Esta lo rechaza con lágrimas en los ojos. Poco después Werther envía a su criado con un nota dirigida a su marido en la cual le pedía que le prestara sus pistolas para un viaje que tenía que hacer. El criado recibió las armas de manos de Carlota y se la entregó a Werther: Escribiría su última carta…." ¡Oh, Carlota! ¿Qué hay en el mundo que no traiga a mi memoria tu recuerdo?…Tu retrato querido, te lo doy suplicándote que lo conserves: He impreso en él mil millones de besos….Prohíbo que me registren los bolsillos. Llevo en uno aquel lazo de cinta color rosa que tenías en el pecho el primer día que te vi, rodeada de tus niños…"

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