viernes, 23 de octubre de 2009

LITERATURA ROMANTICA



El Romanticismo no fue sólo una renovación en el campo literario, sino toda
una forma nueva de entender la vida, el mundo, la política y el arte en general. Si el s.
XVIII creo un nuevo tipo de hombre que hizo de la razón el eje de su vida, el
Romanticismo también creará un hombre nuevo, capaz de plantearse los problemas
de su existencia y del mundo desde un punto de vista más emocional y subjetivo.
La llegada del Romanticismo supone la crisis de los ideales ilustrados; una
crisis que surge en Inglaterra y Alemania a mediados del s. XVIII, aunque la plenitud
del movimiento no se alcanzará hasta la década de 1830-1840. Será a partir de
1850 cuando pueda considerarse superado el Romanticismo en casi toda Europa.

CARACTERÍSTICAS DEL ROMANTICISMO


Se pueden resumir en las siguientes:

La Libertad de creación frente a los cánones del Neoclasicismo.

El Subjetivismo y el individualismo frente a la rigidez de las reglas académicas. Se valoran especialmente la originalidad, la diversidad y la particularidad frente a la unidad de la Ilustración.
La Importancia de los sentimientos, las emociones y las pasiones (amor, sufrimiento, odio). Se exaltan los sentimientos religiosos, patrióticos y los inspirados en la naturaleza (el paisaje alcanza gran interés). Cobran relieve las ideas de libertad e igualdad.

El instinto frente a la razón y las situaciones límite frente al equilibrio y la armonía.

PRINCIPALES GÉNEROS DEL ROMANTICISMO

Los generos literarios del romanticismo: la lirica y teatro géneros mas cultivados.Lirica: temas amorosos y exaltacion de la libertad en obras de espronceda. otros poetas; leyendas y romances de inspiracion medieval. intimidad personal de forma sencilla y sincera: becker y rosalia de castro. Narrativa: aparece novela historica; vision idealizada de la sociedad medieval. Teatro: se impone el drama romantico, que supuso una reaccionen contra de las normas neoclasicas. tema principal amor imposible, conduce a final tragico. Ensayo: la prosa costumbrista sirvio para criticar aspectos de la sociedad contemporanea a traves de la observacion de la relidad. Larra con "articulos de costumbres" se convirtio en el 1ºperiodista moderno

JOHANN WOLFGANG VON GOETHE


Frankfurt, 1749-Weimar, id., 1832) Escritor alemán. Nacido en el seno de una familia patricia burguesa, su padre se encargó personalmente de su educación. En 1765 inició los estudios de derecho en Leipzig, aunque una enfermedad le obligó a regresar a Frankfurt. Una vez recuperada la salud, se trasladó a Estrasburgo para proseguir sus estudios. Fue éste un período decisivo, ya que en él se produjo un cambio radical en su orientación poética. Frecuentó los círculos literarios y artísticos del Sturm und Drang, germen del primer Romanticismo y conoció a Herder, quien lo invitó a descubrir a Homero, Ossian, Shakespeare y la poesía popular.
Fruto de estas influencias, abandonó definitivamente el estilo rococó de sus comienzos y escribió varias obras que iniciaban una nueva poética, entre ellas Canciones de Sesenheim, poesías líricas de tono sencillo y espontáneo, y Sobre la arquitectura alemana (1773), himno en prosa dedicado al arquitecto de la catedral de Estrasburgo, y que inaugura el culto al genio.

En 1772 se trasladó a Wetzlar, sede del Tribunal Imperial, donde conoció a Charlotte Buff, prometida de su amigo Kestner, de la cual se prendó. Esta pasión frustrada inspiró su primera novela, Los sufrimientos del joven Werther, obra que causó furor en toda Europa y que constituyó la novela paradigmática del nuevo movimiento que estaba naciendo en Alemania, el Romanticismo.

De vuelta en Frankfurt, escribió algunos dramas teatrales menores e inició la composición de su obra más ambiciosa, Fausto, en la que trabajaría hasta su muerte; en ella, la recreación del mito literario del pacto del sabio con el diablo sirve a una amplia alegoría de la humanidad, en la cual se refleja la transición del autor desde el Romanticismo hasta el personal clasicismo de su última etapa. En 1774, aún en Frankfurt, anunció su compromiso matrimonial con Lili Schönemann, aunque rompió el noviazgo dos años más tarde; tras aceptar el puesto de consejero del duque Carlos Augusto, se trasladó a Weimar, donde estableció definitivamente su residencia.

LECTURA: LAS DESVENTURAS DEL JOVEN WERDER



Las cuitas del joven Werther", se inicia en el mes de mayo, en toda la plenitud primaveral; la primera carta que Werther envía a su amigo Guillermo está fechada el 4 de mayo 1771, y así en otras que se irán sucediendo, nos vamos enterando de todo lo que acontece al joven héroe, porque Werther es un héroe del sentimiento. Todo comienza al llegar Werther a un pueblo con ánimo de corregirse, abandonando su propensión a la amargura, volcándose en el goce del presente. Parece haber logrado su propósito en contacto con la naturaleza, relacionado con la gente simple del lugar, en una aldea tranquila, entregado a la lectura de Homero. Desde allí escribe a su amigo Guillermo:….

La gente joven había dispuesto un baile en el campo, al que Werther asistiría. Tomó por pareja a una señorita bella y de buen genio, pero de trato indiferente. Al recoger la para ir a la fiesta, ésta, que se hallaba en compañía de su tía, le pidió a Werther que recogieran en el camino a una amiga. Esta se llamaba Carlota, quien impresionó desde un primer momento al joven Werther, quien desde ese primer día se enamora perdida mente de la muchacha. Carlota estaba comprometida con Alberto, joven educado e inteligente que en ese entonces se hallaba en Suiza.

A pesar de saber que la muchacha se halla comprometida, Werther no puede frenar sus sentimientos. Su apasionamiento por Carlota es tal que cuando no puede visitar la, envía a su criado, con el sólo objeto de tener cerca a alguien que la haya visto. Traba amistad con Alberto, y éste le permite seguir visitando a Carlota, las cosas empeoran. Como solución a su tormento, Werther decide alejarse y acepta un cargo de diplomático. Escribe a Carlota relatándole sus sufrimientos en un medio desagradable; el embajador con quien trabaja Werther le resulta completamente insoportable, llegando su tirria por este a tal extremo que renuncia a su cargo. Alberto y Carlota se casan. Incapaz de controlar sus sentimientos, regresa al pueblo para instalarse cerca de su amada. La relación revive haciéndose más

intensa y peligrosa hasta que por fin, después de besar a Carlota en un arranque de pasión, al que ella no ha sido indiferente se acentúa en él un sentimiento de culpa y un desequilibrio interior. La resolución de abandonar este mundo había ido rebostuciéndose y afirmándose en el ánimo de Werther había considerado la muerte como el termino de sus males y como un recurso extremo del que siempre podía disponer. Alberto enterado de la pasión que se ha despertado en Werther por su mujer, no puede ocultar su fastidio, tratándolo la mayoría de las veces fríamente. Lo inevitable se va acercando. Werther tiene una última entrevista con Carlota. Esta lo rechaza con lágrimas en los ojos. Poco después Werther envía a su criado con un nota dirigida a su marido en la cual le pedía que le prestara sus pistolas para un viaje que tenía que hacer. El criado recibió las armas de manos de Carlota y se la entregó a Werther: Escribiría su última carta…." ¡Oh, Carlota! ¿Qué hay en el mundo que no traiga a mi memoria tu recuerdo?…Tu retrato querido, te lo doy suplicándote que lo conserves: He impreso en él mil millones de besos….Prohíbo que me registren los bolsillos. Llevo en uno aquel lazo de cinta color rosa que tenías en el pecho el primer día que te vi, rodeada de tus niños…"

GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER



Nació en Sevilla el 17 de febrero de 1836, hijo del pintor José Domínguez Insausti, que firmaba sus cuadros con el apellido de sus antepasados como José Domínguez Bécquer. Su madre fue Joaquina Bastida de Vargas. Por el lado paterno descendía de una noble familia de comerciantes de origen flamenco, los Becker o Bécquer, establecida en la capital andaluza en el siglo XVI; de su prestigio da testimonio el hecho de que poseyeran capilla y sepultura en la catedral misma desde 1622. Tanto Gustavo Adolfo como su hermano, el pintor Valeriano Bécquer, adoptaron artísticamente Bécquer como primer apellido en la firma de sus obras.
Durante una estancia en Sevilla en 1858, estuvo nueve meses en cama a causa de una enfermedad; probablemente se trataba de tuberculosis, aunque algunos biográfos se decantan por la sífilis. Durante la convalecencia, en la que fue cuidado por su hermano Valeriano, publicó su primera leyenda, El caudillo de las manos rojas, y conoció a Julia Espín, según ciertos críticos la musa de algunas de sus Rimas, aunque otros sostienen que se trataba de Elisa Guillén, con quien el poeta mantuvo relaciones hasta que ella lo abandonó en 1860, y que inspira sin duda las composiciones más amargas del poeta.
El fallecimiento de éste, en septiembre de 1870, deprimió extraordinariamente al poeta, quien, presintiendo su propia muerte, entregó a su amigo Narciso Campillo sus originales para que se hiciese cargo de ellos tras su óbito, que ocurriría tres meses después del de Valeriano.

RIMAS DE BÉCQUER


RIMA LIII

Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales
jugando llamarán.

Pero aquellas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha a contemplar,
aquellas que aprendieron nuestros nombres...
¡esas... no volverán!.

Volverán las tupidas madreselvas
de tu jardín las tapias a escalar,
y otra vez a la tarde aún más hermosas
sus flores se abrirán.

Pero aquellas, cuajadas de rocío
cuyas gotas mirábamos temblar
y caer como lágrimas del día...
¡esas... no volverán!

Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar;
tu corazón de su profundo sueño
tal vez despertará.

Pero mudo y absorto y de rodillas
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido...; desengáñate,
¡así... no te querrán!

RIMA XXX

Asomaba a sus ojos una lágrima
y a mi labio una frase de perdón;
habló el orgullo y se enjugó su llanto,
y la frase en mis labios expiró.

Yo voy por un camino; ella, por otro;
pero, al pensar en nuestro mutuo amor,
yo digo aún: —¿Por qué callé aquel día?
Y ella dirá: —¿Por qué no lloré yo?
RIMA VII

Del salón en el ángulo oscuro,
de su dueña tal vez olvidada,
silenciosa y cubierta de polvo
veíase el arpa.

¡Cuánta nota dormía en sus cuerdas
como el pájaro duerme en las ramas,
esperando la mano de nieve
que sabe arrancarlas!

¡Ay! pensé; ¡cuántas veces el genio
así duerme en el fondo del alma,
y una voz, como Lázaro, espera
que le diga: «¡Levántate y anda!».
RIMA IV

No digáis que, agotado su tesoro,
de asuntos falta, enmudeció la lira;
podrá no haber poetas; pero siempre
habrá poesía.

Mientras las ondas de la luz al beso
palpiten encendidas,
mientras el sol las desgarradas nubes
de fuego y oro vista,
mientras el aire en su regazo lleve
perfumes y armonías,
mientras haya en el mundo primavera,
¡habrá poesía!

Mientras la ciencia a descubrir no alcance
las fuentes de la vida,
y en el mar o en el cielo haya un abismo
que al cálculo resista,
mientras la humanidad siempre avanzando
no sepa a dó camina,
mientras haya un misterio para el hombre,
¡habrá poesía!

Mientras se sienta que se ríe el alma,
sin que los labios rían;
mientras se llore, sin que el llanto acuda
a nublar la pupila;
mientras el corazón y la cabeza
batallando prosigan,
mientras haya esperanzas y recuerdos,
¡habrá poesía!

Mientras haya unos ojos que reflejen
los ojos que los miran,
mientras responda el labio suspirando
al labio que suspira,
mientras sentirse puedan en un beso
dos almas confundidas,
mientras exista una mujer hermosa,
¡habrá poesía!